La declaración por parte de la OMS de fase 4 (actualizado 30/4/09) declaración de la OMS de fase 5 (en una escala de 6) de alerta de pandemia de gripe porcina significa el reconocimiento oficial del contagio entre humanos de dicha enfermedad. Con origen en México, la actual epidemia vuelve a poner de relieve la importancia de estar preparados frente a una hipotética pandemia de un virus virulento y contagioso de la familia influenza.
Con la sospecha de casi 150 muertes en México, 21 de ellas de etiología confirmada, y con casos confirmados en Norteamérica, España y Reino Unido (2), es el momento de desempolvar las recomendaciones a aplicar de autoprotección del personal sanitario pues, como se está demostrando en la crisis actual, nos encontraríamos en una situación muy delicada por nuestra exposición al contagio por vía respiratoria.
A pesar de que la familia del virus aislado en Mexico, EEUU y otros países es un H1N1, frente al H5N1 de la gripe aviar para la que desde el 2005 se vienen escribiendo ríos de tinta, podemos pensar que las medidas generales de protección en quirófano serán las mismas. En 2005, Edler A publicó una revisión sobre las implicaciones anestésicas de la gripe aviar (3). Las recomendaciones para evitar contagios ante un posible paciente infectado fueron las siguientes:
Todo el personal en contacto con los pacientes sospecosos de portar el virus deben usar protecciones universales, realizar un adecuado lavado de manos, y usar el equipo de protección personal (EPP): guantes, un pijama protector (mejor que bata) y protección ocular en un rango de 3 pies (1 metro) hasta el paciente. Además, los anestesiólogos que puedan estar expuestos a las secreciones respiratorias durante maniobras sobre la vía aérea deben usar estetoscopios y manguitos de presión deshechables y llevar mascarillas faciales de microporos N95 (4).
Ante una epidemia o pandemia, la contención ambiental es imprescindible. En Singapur, en la cúspide de la epidemia de SARS, el personal sanitario modificó sus procedimientos de control de la epidemia. Aparte de llevar el EPP, llevaban gorros deshechables, fundas deshechables para zapatos y respiradores de presión positiva (pese a la incomodidad). El tráfico en quirófano se redujo con la suspensión de cirugías electivas. Para atender pacientes sospechosos de estar infectados, se designaron quirófanos con presión positiva y al menos 25 recambios de aire por hora. Cuando ello fue posible se intentó usar quirófanos con un sistema de climatización y humidificación independiente. Las corrientes de aire en esos quirófanos se redujeron mediante el sellado de todas las puertas excepto una. Tras cada procedimiento, el quirófano se descontaminaba y se permitía la circulación del aire al menos una hora. Se metía todo el equipo no deshechable en doble bolsa y sin abrir la bolsa interior, se introducía en el estirilizador.
Finalmente, los anestesiólogos que realizaron intubaciones intentaron reducir la dispersión de gotas respiratorias. El anestesiólogo más veterano realizaba las intubaciones. En todos los casos se usaron bloqueantes neuromusculares para evitar la tos. Se recomendó el uso de anestesia regional para evitar la manipulación de la vía aérea. Cuando la anestesia general estuvo indicada, colocaron filtros hidrofóbicos en las ramas inspiratorias y espiratorias del circuito de anestesia. Desecharon tras cada caso el filtro, el gas, y la línea de capnograma. Se usaron tubos endotraqueales y mascarillas laríngeas.
Queda por determinar si se deberían retirar los esparadrapos, qué técnicas serían ideales para la desinfección de las pantallas táctiles y otro equipamiento y qué artículos personales (buscas, teléfonos, portátiles, bolígrafos, etc.) se permitirían en un quirófano.
Los sistemas sanitarios has sido capaces de controlar la epidemia de SARS, pero la influenza aviar o la influenza porcina puede poner en aprietos a todo el sistema sanitario a nivel global. Por ahora, la CDC norteamericana tiene accesible toda una serie de guías prácticas actualizadas para los profesionales de la salud en contacot con enfermos por gripe porcina (5).
Bibliografía:
3.- A. Edler. Avian flu (H5N1): its epidemiology, prevention, and implications for anesthesiology. J Clin Anesth 2006; 18: 1-4. (Pubmed)
4.- http://seguridadbiologica.blogspot.com/2007/12/proteccin-respiratoria.html/
Anoche me planteaba las implicaciones anestésicas, y estoy de acuerdo contigo en extremar mi higiene y protección frente al paciente y para el paciente.
Con respecto a técnicas, si pueden ser regionales, mejoor, porque no interactuamos con la VA del paciente, y si no, yo lo que hago de forma rutinaria es no intubar si no es rrealmmentte imprescindible por el tipo de cirugía (posiciones, aislamiento pulmonnar…) ó del pacientte, y utilizar prácticamentte dispositivos supraglóticos desechables (i-gel ó LMA Supreme) y una anestesia inhalatoria con Sevo y apoyo de Remifentanilo TCI, evito los relajantes..
Muy bien tu recuerdo de las antteriores situaciones. Un saludo. amparo