TESTIGOS DE JEHOVÁ (TJ), ¿Qué hacemos…?

Los Testigos de Jehová (TJ) son un grupo religioso mundial dirigido por Watchtower Society de Nueva York cuyos preceptos se adhieren“ ad pedem literae“ a la biblia. ¿Cuál debe ser la actuación del anestesiólogo en algunos casos? Se plantea la eterna duda, ¿Es correcta la actuación desde el punto de vista médico, legal, ético..?

Trasfusión2

Jesús Maldonado
Hospital Universitario San Cecilio Granada

Tras mi comentario en cirugí­a para pacientes que rechazan la transfusión, animado por el Dr Arnal realizo esta entrada donde añado algunas novedades para volver a poner el tema sobre la mesa.


 

Indice

  1. Introducción
  2. Terapias y técnicas
  3. Legislación
  4. ¿Qué hacemos?
  5. Objeción de Conciencia

Duda

INTRODUCCIÓN

(volver)

La Watchtower society se inicia en 1879 bajo el auspicio de Charles Taze Russell, con la publicación de la revista  “˜The Zion“™s Watch Tower and Herald of Christ“™s Presence“™, antecedente inmediato de la revista“ La Atalaya“. Los Testigos de Jehová (TJ) son un grupo religioso mundial dirigido por Watchtower Society de Nueva York cuyos preceptos se adhieren“ ad pedem literae“ a la biblia, el dí­a del juicio final y a la promesa de la eterna salvación.

Ejemplos:
“Pero la carne con su vida que es su sangre no comerás“.
Génesis 9;2
“Que os abstengáis de las carnes sacrificadas a los í­dolos, de sangre, de lo ahogado y de la fornicación“.
Hechos 15;29
“porque la vida de la carne es la sangre…Por eso he mandado a los hijos de Israel: Nadie de entre vosotros ni de los extranjeros que habiten entre vosotros comerá sangre“.
Leví­tico 17;11,12
Incluida en la práctica de su fe está el total rechazo a la transfusión sanguí­nea, condicionando antagonismos con el área médica. La fidelidad a la propia fe representa un valor de mayor rango que la propia vida.
Son portadores de la“ Tarjeta de la Sangre“. Adjunto documento.
Tarjeta

TERAPIAS Y TÉCNICAS

(volver)

Aunque aparentemente podí­amos pensar que existe unanimidad en las técnicas aceptadas por los TJ realmente dentro de este colectivo existen distintas corrientes de pensamiento en lo que se refiere a la aceptación de determinadas técnicas por lo que durante la entrevista clí­nica de éstos pacientes además de pedir la “ Declaración de Voluntades Vitales Anticipadas“ es el momento de aclarar que técnicas y procedimientos no están dispuestos a aceptar en ningún caso para evitar sospresas:
–    Soluciones cristaloides.
–     Soluciones coloides sintéticas.
–     Dextranos.
–     Almidones.
–     Aprotinina..
–     ícido aminocaproico.
–     Desmopresina.
–     Hierro.
–     Eritropoyetina.*
–     Albúmina humana.*
–    Hipotensión arterial controlada.
–     Hipotermia inducida.
–     Monitorización de gases arteriales
–     Circulación extracorpórea.*
–     Sistemas de reutilización de sangre perdida.*
–     Hemodilución normovolémica.*
–    ETC…
* Potencialmente inaceptable en algunos TJ
Existe un amplio dispositivo de comunicación, el 14 de Junio del año 2000 se publicó el el“ Times of London“ que los TJ habí­an cambiado su posición con respecto a las transfusiones de sangre, en sólo 2 dí­as la sociedad Watchtower contesta. Adjunto documento
Watchtower

justiciaPrisión

LEGISLACIÓN ¿Qué artí­culo prevalece?

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–    Declaración universal de derechos humanos: establece que“ todas las personas tienen derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión“.
–    Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polí­ticos.“ Todos tienen derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión“ y“ nadie puede ser objeto de medidas coercitivas que puedan dificultar la libertad de tener, o adoptar, la religión o las creencias de su elección“ y que este derecho“ sólo puede quedar sujeto a las limitaciones prescritas por la ley cuando sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la salud o los derechos y libertades fundamentales de los demás“
–    Convenio para la protección de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales establece en el mismo sentido que“ toda persona tiene derecho a libertad de pensamiento conciencia y religión“ y que sólo habrá restricciones por la ley cuando constituyan un problema para la seguridad pública, el orden, la salud y la moral públicas“.
–    Convenio de Derechos Humanos y Biomedicina del Consejo de Europa: Artí­culo 5 que“ una intervención en el ámbito de la sanidad sólo podrá efectuarse después de que la persona afectada haya dado su libre e inequí­voco consentimiento“ y que la persona afectada“ podrá revocar libremente su consentimiento“.
Artí­culo 9“ serán tomados en consideración los deseos expresados anteriormente con respecto a una intervención médica por un paciente que, en el momento de su intervención, no se encuentre en situación de expresar su voluntad.
““     Constitución Española:
Capí­tulo II del tí­tulo 1º ( Derechos y Libertades)
Sección 1ª ( de los derechos fundamentales y las libertades públicas)
Artí­culo 15“ Todos tienen derecho a la vida y a la integridad fí­sica y moral“.
Artí­culo 16 Derecho de libertad ideológica y religiosa. Ninguna confesión religiosa tendrá carácter estatal y“ Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley“
Surge el conflicto. El artí­culo 15 no puede considerarse jerárquicamente superior al 16. El deber del Estado de velar por la vida y la salud de las personas finaliza (tratándose de adultos autónomos) con la renuncia expresa de la persona a recibir tratamiento médico. La intervención del Estado sólo se justifica si existe riesgo para la salud y la vida de terceros.
–    Código penal: Sección II De los delitos contra la libertad de conciencia, los sentimientos religiosos y el respeto a los difuntos.
Artí­culo 522:“ Incurrirán en una pena de multa de 4-10 meses los que por medio de violencia, intimidación, fuerza o cualquier otro apremio ilegí­timo impidan a un miembro o miembros de una confesión religiosa practicar los actos propios de las creencias que profesen o asistir a los mismos“.
Códigos de deontologí­a: Carecen de fuerza legal en España a diferencia de otros paí­ses (Francia..)
–    Ley 17/1986 de 25 de abril, General de Sanidad, recogí­a en su artí­culo 10.6 el derecho del paciente a la libre elección entre las opciones que el médico pudiera ofrecerle.
–    Ley 41/2002 de 14 de noviembre, Básica reguladora de la autonomí­a del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clí­nica, determina que cualquier intervención en el ámbito de la salud requiere que la persona afectada haya dado su consentimiento libremente, tras haber recibido la necesaria información. De forma más especí­fica esta Ley establece que todo paciente o usuario tiene derecho a negarse al tratamiento y que esta negativa debe constar por escrito. Por tanto los documentos de voluntades anticipadas deberán ser tenidos en cuenta.
Algún ejemplo:
–    Sentencia Tribunal Constitucional (STC 154/2002) reconoce el derecho de las personas a negarse a las transfusiones aún en casos vitales. Derecho a rechazar asistencia médica, aún con riesgo vital, siempre y cuando no exista relación especial entre éste y el Estado.

Meditar¿QUE HACEMOS?

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A pesar de la extensa revisión que he realizado todaví­a no tengo claro cual debe ser la actuación del anestesiólogo en algunos casos. Se plantea la eterna duda, ¿Es correcta la actuación desde el punto de vista médico, legal, ético..? Desde mi punto de vista es fundamental la existencia de Protocolos de Actuación. Un buen ejemplo es el Protocolo Comité Ética Asistencial (CEA) San Sebastián. La inexistencia de estos modelos organizativos hace que el profesional se vea obligado a actuar en base a su criterio en ausencia de una postura explí­cita por parte de la institución donde trabaja….además estos protocolos de actuación deben ser muy completos y“ mojarse“ en las decisiones conflictivas de tal forma que la responsabilidad legal que se derive de éstos actos médicos debe asumirla la propia institución. En algunos protocolos que he revisado se dice que la cirugí­a programada debe ser llevada a cabo por un equipo médico que acepte realizar el procedimiento quirúrgico“ sin sangre“. Supongo que estaréis de acuerdo conmigo en que en la mayorí­a de los casos el“ problema de transfusión“ se le presenta al equipo médico de guardia cuando éste paciente necesita ser reintervenido por sangrado, por tanto es muy importante que se estreche al máximo el tipo de procedimientos susceptibles de cirugí­a“ sin sangre“.
Finalmente os enseño algunas publicaciones de Testigos de Jehová, y como ha cambiado su postura a lo largo de los años:
“Hacemos bien en tener en mente que entre las drogas, sueros, vacunas, operaciones etc..de la profesión médica, no existe nada de valor, excepto alguna intervención quirúrgica ocasional“.“ Si cualquier médico demasiado celoso condena sus amí­gdalas vaya y suicí­dese con un cuchillo, es más barato y menos doloroso“ (The Golden Age 05/08/1931 p.727-728).
“La vacunación es una violación directa de la Ley Jehová/Dios, es un crimen, una atrocidad, nunca previno nada y nunca lo hará. Es un gran negocio“.( The Watchtower 15/12/1952 p.764) Posteriormente se permitió como asunto de conciencia individual.
“Los trasplantes de órganos son una forma de canibalismo y deben evitarse“. (The Watchtower 15/11/1967 p.254-256.) Posteriormente se permitieron (The Watchtower 15/03/80 p. 31).

OBJECIÓN DE CONCIENCIA

(volver)

Objeción de conciencia: Por objeción de conciencia se entiende la negativa a cumplir un mandato de la autoridad o una norma jurí­dica, invocando la existencia, en el ámbito de la conciencia, de un imperativo filosófico-moral o religioso que prohibe, impide o dificulta dicho cumplimiento
La objeción de conciencia en medicina es la negativa de un profesional a ejecutar un acto médico o a cooperar directa o indirectamente en su realización porque a pesar de haber sido aprobado por las normas legales, es considerado por el profesional como contrario a la moral, a los usos deontológicos o a las normas religiosas. Por ello, la objeción de conciencia del médico es:
– Muestra del pluralismo ético y una acción de gran dignidad ética cuando las razones son serias, sinceras, constantes y se refieren a cuestiones graves o fundamentales.
– Un bien jurí­dico básico reconocido por ley porque significa y manifiesta el respeto civil debido a la identidad moral de las personas.
–    La objeción de conciencia, en cuanto derecho derivado de la libertad ideológica, es un derecho individual y nunca puede ser ejercido por una institución, hospital o clí­nica. Por eso, el rechazo de los hospitales a emplear a médicos que no comparten convicciones comunes puede violar el derecho a no ser discriminado por motivos religiosos o de creencias.
–    La objeción de conciencia del personal sanitario debe ser respetada pero tiene que cumplir un requisito fundamental: El ejercicio de este derecho por un profesional sanitario nunca podrá suponer un perjuicio directo para el paciente.

Como conclusión pienso que estamos ante un claro ejemplo de evolución de la medicina desde el“ paternalismo médico“ basado en los principios de beneficencia y no maleficencia hacia una medicina basada en la autonomí­a del paciente y por tanto regida por el consentimiento informado. Parece que la evolución de la medicina, derecho y ética no es paralela. Después de esta pequeña revisión vuelvo al tí­tulo:  TESTIGOS DE JEHOVí (TJ), ¿ Qué hacemos…? ….Yo todaví­a tengo muchas dudas… Alguien me ayuda… Un saludo a todos.

palabra de dios

Jesús Maldonado
Servicio de anestesiologí­a y reanimación
Hospital Universitario San Cecilio Granada
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34 Comments

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  • Lo tenéis difí­cil lo médicos, en cuanto a este tema…
    Mi madre (tj), lleva cuatro meses para operarse de la rodilla, ya ha denegado la operación, dos veces por ese motivo, (la transfusión)
    Yo no soy (tj) ni estoy de acuerdo con ellos, de hecho en mi casa, la única es ella.
    Es un problema y gordo.
    Un saludo.

    • Gracias por la comprensión, capitán, la verdad es que éste es quizás uno de los temas de más dilema ético e inseguridad legal a los que nos enfrentamos los anestesiólogos.
      A mí­ se me encoge el corazón al atender en la consulta a algunos miembros de los Testigos de Jehová que vienen absolutamente desinformados (convencidos de que hay «alternativas» a la sangre). Llegado el momento, no la hay.

      • Es curioso leer esta frase: «A mí­ se me encoge el corazón al atender en la consulta a algunos miembros de los Testigos de Jehová que vienen absolutamente desinformados (convencidos de que hay «alternativas» a la sangre). Llegado el momento, no la hay»

        Siente ud lo mismo al atender a un paciente que rehusa la administracion de Penicilina sea por alergia o por temor al pinchazo? Antes de responderse entonces piense en quien esta mas desinformados o ud o los testigos de Jehova, pues soy medico tambien y gracias a la postura de los testigos de Jehova he tenido que aprender a informarme

  • Yo he tenido mis más y mis menos con mi madre,la oyes hablar y parece haber cursado la carrera de medicina y la pobre es una ignorante.
    Lo tienen muy bien estudiado,de hecho,lo que practican y ensayan hasta la saciedad en sus reuniones,es a tener la sartén por el mango….estudian bien los casos,para poder pillar al sujeto,en éste caso tú.
    Tengo algún familiar,que llega a rozar el fanatismo.
    Parece fuerte ,pero es así­…..
    Un saludo

  • Mi experiencia anterior como Médico Forense y actual de Anestesista es clara, desde el principio que se pueda llegar a intuir de una forma razonable que se va a producir necesidad de trasfusión y es un Testigo de Jehova mayor de edad, despierto y lúcido, LLAMAR siempre al Juez de Guardia y que este en función de la situación del paciente decida, lo habitual es que mientras esté cosciente el paciente el Juez apoye no poner sangre, pero después lo habitual a la segunda llamada o a veces antes, te manda al Médico Forense para que le ayude a tomar una decisión, de esa forma estamos cubiertos legalmente, que al fin de cuentas es algo esencial para nosostros, y por supuesto no hay que tener miedo a despertar al Juez de Guardia a las 3 de la mañana, la obligación de él es de contestar y nosotros de cubrirnos legalmente

  • Sólo querí­a agradeceros la información que nos habeis proporcionado sobre este tema. Hace pocos dí­as tuvimos un caso de una paciente testigo de Jehová que rechazó transfusión de sangre a pesar de una anemia importante. Tanto la entrada de Jesús Maldonado como el comentario de Jesús Blazquez nos orientó mucho sobre los pasos a seguir.

    Un afectuoso saludo

  • El problema no es de juez de guardia que entre otras cosas yo siempre que lo he llamda no se ha mojado . Para mi el problema no es tanto legal que probablemete en un adulto no tendria que pasar nada sobretodo con la cada vez mayor aceptacion de la libertad del paciente. El problema es sobre todo moral mi consciencia contra la del paciente . ¿Porque debo asumir yo el morir un paciente en mis manos si tengo forma de evitarlo? . En un congreso reciente en V. Hebron donde tocamos el tema , el Comite Etico (que llevan dos años realizando el documento) estan por lo de la libertad del paciente . Ponen por ejemplo el enfermo neoplasico que en su sano juicio rechaza la quimioterapia . Pero este paciente se va a su casa y se muere . A nosotros (Anestesiologos) se nos muere en las manos estando inconsciente . Yo creo que es un problema sensiblemete diferente. Yo estoy por la Objeción de Conciencia. Yo no quiero asumir el caso (No cualquiera ,solo el que hay gran evidencia de necesidad de transfusión). Y asi como los Testijos estan por la militancia de convencernos yo abogo por la contraria , la militancia de convencerlos a ellos . De hecho ya hemos visto que empiezan a haber voces discordantes dentro de ellos mismos.

    • «Equivocado». En todos los lugares hay personas con libre albedrí­o, como en el caso de los médicos también en los testigos de Jehová. El que algunos testigos aceptan una transfusión a último momento para simplemente «prolongar su vida», porque de hecho nada es seguro en lo relacionado con la fe de las personas y su salud, esto colectivamente no cambiará la manera de ver el asunto de la sangre para los testigos de Jehová.
      Hay tratamientos alternativos que es mejor conocerlos antes de opinar, es cierto que la peor parte se ve en las emergencias. Ya se a dicho en varias ocasiones cual es el proceder más eficaz ante las hemorragias, detenerlas y recuperar el volumen sanguí­neo para evitar entrar en choque. No hacer esto y recurrir a las transfusiones únicamente, es como cuando se rompe la cañerí­a de agua en un edificio y en vez de arreglarla dejamos que el bombeador ande continuamente y realice lo que le corresponde al plomero para solucionar el problema.
      Es importante de ambas partes, medico – paciente, estar bien interiorizados en lo que le corresponde hacer a cada uno y tener los recursos necesarios disponibles a mano para cualquier emergéncia. Gracias por informarnos de su preocupación. Soy muy conciente de la situación, en mi caso se me realizo una cirugí­a a corazón abierto, cuatro bypass en el año 2005 sin sangre, se utilizo aprotinina y cell-saver (sistema de autorrecuperación de sangre), el éxito fue total, pero claro, exigió mayor pericia en el grupo de médicos que me atendió. a los cuales estoy muy agradecido en especial al cirujano Roberto Margarí­a quien respetó mi postura a la negativa de transfusiones de sangre y al anestesiólogo con quien tuvimos varias charlas sobre mi postura y no solo la respetó si no que la llego a entender. Por ello quiero dejar claro que no todo el que dice ser testigo de jehová hace lo que Jehová exige en su palabra la Biblia, pero cada uno llevará su propia carga de responsabilidad. Gálatas 6:5

      • Este comentario es personal, no tiene nada que ver con la Organización de los testigos de Jehová.

        Dicho esto, creo que hay algo de mala fe en el artículo citando información de los años 30/40 sobre este tema.

        La verdad es que se ha avanzado mucho en cooperación actualmente entre médicos y pacientes T.J.

        De hecho en muchos hospitales de España y del resto del mundo hay unidades de cirugía sin sangre que incluso pacientes que no son T.J., reclaman como terapia opcional, ya que es un derecho fundamental reconocido en muchas Cartas Magnas de países avanzados, por lo que se agradece muchísimo a médicos, anestesiólogos y resto de personal su apoyo en este tema tan espinoso por alguna parte del personal sanitario, incluidos los familiares de los enfermos, donde la conciencia del enfermo debe primar en cuanto al tratamiento que acepta o el que rechaza, por que pregunto: ¿Es la transfusión la única alternativa para salvar la vida de una persona? NO, con mayúsculas.

        Afortunadamente muchos médicos cirujanos, anestesiólogos y personal sanitario lo sabe y apoyan las terapias sin sangre

        Cuando un T.J. tiene un problema de salud, ACUDE a un centro médico para que le traten la dolencia o problema que tiene y sólo desea que su conciencia basada en la Biblia, la Palabra de Dios, sea respetada, igual que ella respeta y no obliga a nadie a aceptar un tratamiento que una persona no desee.

        Muchas gracias y un afectuoso saludo para todo el personal sanitario que tan buena labor efectúa para ayudarnos a los enfermos a que podamos recuperar la salud, respetando algo esencial: la conciencia personal. Agradecido.

  • Hola, yo estoy por la lí­nea de Angels, el problema es que a nosotros se nos muere el paciente y sabemos que una trasfusión podrí­a salvarle y sin embargo se nos pide que le agarremos la mano y lo dejemos morir, y la verdad como médico se me hace muy duro.
    El testamento vital y los protocolos están bien legalmente, pero moralmente quien es capaz de dejar morir desangrado a un paciente…
    Yo hoy he tenido una atoní­a uterina y si no es por la trasfusión esta chica se muere…que hubiera pasado si hubiera sido testigo de jehová??? Y esto es una urgencia imprevisible, pero la cirugí­a programada, como la ortopédica que además es muy sangrante?? por mucho Epo y venofer que se paute preoperatorio me parece una apuesta muy arriesgada…Yo como Angels hago proselitismo a la contra y les digo claramente que llegado el momento no hay nada que sustituya a la sangre y que sin ella pueden morir.( en cirugí­a sangrante claro)
    Hoy por hoy para esto no tenemos respuesta…o la que tenemos no soy capaz de aceptarla como médico.
    Un saludo, es un tema que siempre me ha interesado mucho como anestesiólogo.

  • Tras la excelente exposición de J. Maldonado, habrí­a que plantearse ¿cómo se resuelven estas situaciones controvertidas desde el punto de vista ético y profesional?.
    Evidentemente no ha habido una respuesta unánime en todos estos años y parece que ni nuestra propia actuación individual, ni a nivel de Servicio, ni como proyecto en el Hospital, han validado todo el elenco de posibles conflictos que surgen de nuestra actividad asistencial cotidiana con esta confesión religiosa: cirugí­a programada con moderado/alto riesgo de sangrado, hemorragias agudas e imprevistas en procedimientos de bajo riesgo hemorrágico, la población obstétrica, la cirugí­a urgente, la implicación de menores cuyos representantes son Testigos de Jehová….
    Por el contrario, y, en mi humilde opinión, de forma desacertada aunque con intenciones de dar atención a un grupo de población desatendido debido a sus creencias, se han ido programando, en ciertos centros, intervenciones bajo el auspicio de un subgrupo concreto de profesionales implicados voluntariamente (anestesiólogos, enfermerí­a y cirujanos) avalados por las direcciones gerencias, las cuales, de alguna manera, dan salida incompleta a un grupo poblacional, que con razones bien argumentadas llevan años reivindicando unos derechos hasta ahora vulnerados. Por otro lado, otros centros, con el mismo objetivo, han desarrollado protocolos de actuación a nivel hospitalario que responden parcialmente a ciertas necesidades quirúrgicas de los usuarios T. Jehová.
    Sin embargo, y de ahí­ mi frustración, la pelota sigue en el tejado de los últimos implicados: profesionales y usuarios afectados. Ambos grupos nos pasamos la bola del uno al otro y del otro al uno, cada uno defendiendo sus «derechos». Y dependiendo del hospital concreto las actuaciones son muy dispares.
    Independientemente de mi opinión, que ya he reflejado en otros comentarios, ni en «mi mejor» de los casos, que serí­a el respeto a nuestra formación cientí­fica, y por tanto que legitimarí­a la objeción de conciencia médica: el problema tampoco quedarí­a resuelto.
    En todo caso, reclamo la objeción de conciencia como paso intermedio para la aclaración y resolución de una asignatura pendiente de nuestra sociedad.
    Además pueden surgir dudas en relación con la objeción de conciencia, que no es más que la actuación de acuerdo a nuestros dictámenes de conciencia incluso cuando infringimos el deber jurí­dico de atención sanitaria a este grupo de población. Constituye una forma de desobediencia al Derecho.
    En el Derecho Español ninguna norma jurí­dica reconoce expresamente un derecho «general» de objeción de conciencia,. Sí­ que puede afirmarse que la libertad de conciencia es una concreción de la libertad ideológica, así­ la objeción de conciencia forma parte de la libertad ideológica y religiosa reconocida en el artí­culo 16 de la Constitución, es decir, debe considerarse como un derecho implí­citamente previsto en la Constitución.
    Aclarar, por otro lado, que la objeción requiere ser declarada en cada situación, conforme a un proceso legalmente establecido, en cuyo caso, el derecho a la objeción de conciencia no garantiza en rigor la abstención del objetor, sino su derecho a ser declarado exento del deber objetado, que de no mediar tal declaración, serí­a exigible bajo coacción. Tan solo la objeción sanitaria al aborto despenalizado, puede ser ejercida aun cuando el legislador no haya regulado el procedimiento para su ejercicio, constituyendo una excepción extraordinaria, ya que el resto de las objeciones parecen requerir una regulación legislativa.
    En el caso de las Instrucciones Previas de los testigos de Jehová, , dos Autos de la Audiencia Provincial de Guipúzcoa de 22 septiembre de 2004 y 18 de marzo de 2005 reconocieron la violación del derecho de libertad religiosa por parte de los facultativos que, con autorización judicial y haciendo caso omiso a los documentos de voluntades anticipadas, procedieron a trasfundir sangre en el curso de una operación previamente programada no urgente. Lo cual nos lleva una vez más al análisis de la Ley de Autonomí­a 41/2002 14 Nov., y en este último caso el art. 11.1: los conceptos de mayores de edad, capaces y libres para hacer la declaración de Instrucciones Previas.
    La capacidad exigible para decidir en cuestiones relativas al estado de salud, dentro del ejercicio de la autonomí­a privada en el ámbito personal, viene determinada por la edad y la capacidad para entender.
    Dentro de la edad se hace especial hincapié en si el menor es competente intelectual y emocionalmente para comprender el alcance de la intervención sobre la propia salud. Debiendo ser escuchados en cualquier caso los mayores de 12 años y siendo los mayores de 16 o los emancipados los que tienen que dar personalmente su consentimiento (excepciones actuales : el aborto, participación en ensayos clí­nicos o reproducción asistida «requieren más de 18 años-). De aquí­ me gustarí­a remarcar lo que se le exige, por ejemplo a un adolescente de 16 años: competencia intelectual y emocional.
    En cuanto a la capacidad para entender, será aquella que le permite tomar decisiones de forma libre, consciente e informada. Esa información debe ser adecuada, verbal, comprensible y suficiente, donde se detallen las consecuencias seguras, los riesgos tí­picos, los probables y los personalizados a la historia clí­nica del usuario, así­ como las contraindicaciones.
    En relación con la toma de decisiones basada en una libertad individual que se haya potenciado y garantizado, me gustarí­a señalar dos aclaraciones sobre dicha libertad:
    1ª. No somos libres de elegir lo que nos pasa (artrosis de rodilla, melenas, atoní­a uterina, rotura de aneurisma, accidente de tráfico….), pero sí­ somos libres, tras la información precisa, para responder a lo que nos pasa o nos pudiera pasar de tal o cual modo: sí­ o no al tratamiento analgésico, ingreso o alta voluntaria, sí­ o no a la cirugí­a con posibiliidad de un uso racional y seguro de los hemoderivados.
    2ª. Ser libre para intentar algo (cirugí­a sin sangre porque soy Testigo de Jehová) no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente. No es lo mismo la libertad (que consiste en elegir dentro de lo posible) que la omnipotencia (que serí­a conseguir siempre lo que uno quiere, aunque pareciese imposible: quiero operarme pero solo si nadie va a trasfundirme porque mi creencia se basa en lo que está escrito en la Biblia; accedo a una ví­a central pero solo si existe garantí­a 100% de que no entre un espí­ritu (aire) en mi pleura).
    Cuanta más capacidad de acción tengamos (es decir, menos permanencia de lo irracional), mejores resultados podremos tener de nuestra libertad.
    Por todo esto, me gustarí­a reafirmar mi respeto a la libertad actual. En cuyo caso, no se contrapone a mi deseo de un mundo lleno de filosofí­a y de ciencia: donde el uso crí­tico de la razón nos proporcione medios para dominar nuestro destino, para convertirnos en los actores de nuestra existencia, para liberarnos de miedos inútiles y paralizantes, y, así­, no abandonarnos, atados de pies y manos, como niños, a los mitos de ayer u hoy.
    Con todo esto encima de la mesa, al igual que el grupo Testigos de Jehová, a través de sus representantes, reclama a la Administración una atención pública que respete sus creencias en todos los centros adscritos; nuestra Especialidad y nuestros Colegios de Médicos están en la obligación de presentar documentación consensuada para afrontar estas difí­ciles situaciones en cualquier centro de la red pública.
    Yendo un poco más allá, es nuestra obligación desmitificar sus creencias con un debate público y arbitrado por la Justicia que permita instaurar modelos educacionales y normativas jurí­dicas que no avalen discursos sectarios e incoherentes que van en contra de la salud pública.
    Desde aquí­, animo a nuestros Jefes de Servicio, SEDAR, Directores Médicos, Gerentes, Colegios Médicos, Consejerí­as y Ministerio de Sanidad, Tribunal Constitucional, Ministerios de Educación y Cultura y Parlamento a que de una vez por todas encaren el problema y ofrezcan soluciones tras un debate serio, donde se aclare para siempre la libertad religiosa y los lí­mites constitucionales de las creencias religiosas.
    Para seguir pensando, lanzo un interrogante…..: ¿serí­a legal la ablación de clí­toris por motivos religiosos al igual que la fimosis en la cultura judeocristiana, siempre que se cumplan los criterios de capacidad exigible de nuestra Ley de Autonomí­a 41/2002?.
    Un abrazo y mis sinceras disculpas por mi incapacidad para la sí­ntesis.

    • Mi enhorabuen a A. Serrano por su exposición porque, a pesar de su extensión, creo que no puede ser más clara tocando todos los puntos de conflicto con este colectivo. Soy anestesióloga y acabo de salir de una guardia en la que me han llamado por la noche por una paciente testigo de Jehová operada esa misma mañana de una prótesis de cadera, y que estaba mareada, hipotensa, seguí­a sangrando por la herida, en fin…lo que habitualmente no pasa pero pasa justo cuando no tiene que pasar. La paciente estaba perfectamente lúcida y acompañada en ese momento por una hermana que no compartí­a sus creencias. En mi hospital tenemos un documento de consentimiento especí­fico para estos pacientes con dos posibilidades: no admitir transfusión de hemoderivados ni de sangre propia recogida a través de un recuperador intra y postoperatorio, o bien, no admitir transfusión de hemoderivados pero sí­ de la propia sangre; además, se explica posibles consecuencias de muerte, daño cerebral por hipoxia y demás. A esta paciente la habí­a visto yo en la consulta de preoperatorios y habí­a firmado la primera posibilidad, no admití­a absolutamente nada. Pero volvió a los 3 dí­as diciendo que querí­a cambiarlo porque querí­a firmar la segunda posibilidad. Desgraciadamente sólo pudimos recuperar 100 cc, cuando lo habitual es recuperar el doble como mí­nimo. Cuando me llaman esta noche voy a hablar con la paciente para exponerle claramente, una vez más, que probablemente necesitaba una transfusión (no le saqué hematocrito ni coagulación, me daba igual el resultado, no podí­a hacer nada aunque tuviese 6 de Hb y 6 de INR). La paciente me sigue diciendo que no consiente la transfusión; la hermana pone el grito en el cielo porque «¿cómo te puedes dejar morir así­?». Cuando esta paciente empieze a chocarse, quizá la familia presione para que se la transfunda: otro punto de conflicto. Yo soy de la opinión (aunque a veces no lo tengo tan claro) de que, en esta vida, cada cual, si está en su sano juicio,es muy libre de morirse de la manera que le parezca más oportuna. Es lo mismo que el paciente con una hemorragia digestiva aguda, que no se puede coagular por endoscopia, y, en plena posesión de sus facultades mentales, se niega a ser operado a pesar de que va a morir. Me acabo de inventar este último caso pero seguro que ha pasado alguna vez en algún sitio. Pero como dijo alguien en un comentario anterior, a mí­ lo que verdaderamente me subleva de los pacientes T. de J. es que vienen con el cerebro completamente lavado diciéndote cosas del estilo de: «a mí­ me han puesto ví­deos de los mejores médicos del mundo y dicen que sí­ hay alternativas a la transfusión». Y es que intentas razonar con ellos explicándoles que, llegado el momento, no hay alternativa que valga y te topas con un muro enormemente alto y sólido. ¿Hasta qué punto es válido el consentimiento de alguien que está engañado?

  • Excelente debate. Os felicito y me felicito por contar con vuestros comentarios. Yo quiero también dar mi opinión, posiblemente muy simplista, menos elaborada y/o documentada, pero resultado de múltiples disquisiciones relativas no solo a este asunto sino también a todos aquellos que implican un conflicto entre los derechos de unos y los derechos de otros, dentro de un discurso histórico/social que adolece de un equilibrio con aquello que podrí­amos denominar «La Declaración Universal de las Obligaciones del Hombre». Imprescindible y difí­cil concreción.
    Estoy seguro que si organizáramos un debate entre miembros ilustres de la Historia, de la Polí­tica, del Derecho, de la Filosofí­a, de la Ética, de la Religión y de la Medicina no se llegarí­a a un acuerdo unánime respecto a este tema, pero sí­ que se escribirí­an folios y folios de elaborado, profundo, documentado y sabio conocimiento. De hecho, eso es lo que pasa. Y es que, para muchos asuntos de esta í­ndole, la estructura social que hemos organizado como individuos civilizados se convierte en una tela de araña que nos atrapa en sus propias contradicciones.
    Por supuesto, no hay problema si tengo margen para trasladar mi responsabilidad a otros: bien porque, al no ser urgente la cirugí­a, sea improbable que yo deba tomar la decisión sobre transfundir o no, bien sea porque disponga de un juez de guardia que tome la decisión por mí­, un superior a quien pasarle la «pelota», etc. En mi opinión, el verdadero problema se presenta cuando, tras múltiples posibles variantes, me encuentro en la necesidad imperiosa, urgente e ineludible de tomar por mí­ mismo una decisión sin margen de maniobra: salvar o no la vida de un paciente administrándole o no el único remedio que tengo a mi alcance.
    Una escueta consideración aún antes de daros mi opinión. Sabemos que la MORAL es un término que acepta apellidos (católica, irlandesa, renacentista,…); que la LEGISLACIÓN obedece a unos criterios mutables y que por lo tanto puede cambiar, y de hecho cambia, con el paso del tiempo y la evolución de las sociedades; que las RELIGIONES permiten (¿?) entrar y salir, por muy improbable que esto sea; que la LIBERTAD requiere y emana del conocimiento, ese perpetuo adolescente; que la SOCIEDAD sigue modas y estereotipos cambiantes; etc., etc. Pero, sin embargo, la muerte es definitiva e irreparable. Sus consecuencias también. No creo necesario puntualizar ante tanta generalización.
    Personalmente, ya por fin, no considero como médico la posibilidad de dejar morir a un ser humano pudiendo evitarlo y acepto, sea cuales sean, las consecuencias de mis actos. Ni soy especialista en derecho, ni religioso, ni filósofo…, sólo soy médico, y ello implica, para mí­, una conducta clara y definida respecto a la vida, la salud, la enfermedad y la muerte. Después, que los expertos en teorizar escriban sus libros, pero el paciente que siga vivo. Esta y no otra es mi postura ética como ser humano y como médico por encima de cualquier otra consideración.
    Cualquiera es libre de elegir morir, suicidarse, enfermar, etc., pero no con mi colaboración profesional. Es la sociedad y sus responsables (polí­ticos, religiosos, intelectuales, etc.) los que deben de encontrar la fórmula, si es que existe, para no crear un conflicto de derechos entre los Testigos de Jehová y yo o, mejor dicho, para encontrar el adecuado equilibrio entre sus obligaciones y las mí­as.
    Un saludo.
    Javier.

  • ¿Qué opinais de las mujeres musulmanas que, imbuidas por su religión, toman una decisión tremenda e irreversible, algo mucho peor que morirse por negarse a una trasfusión de sangre?

    Me refiero a algo espantoso: llevar un trapo en la cabeza.

  • Bueno, después de seguir un debate largo y como sabemos, de momento sin solución, sí­ quiero compartir con vosotros mi experiencia profesional como anestesióloga que lleva unos cuantos años en la profesión.

    Al principio de mi ejercicio profesional, me sentí­ igual que todos habéis comentado, cabreada, indignada, e impotente por intentar hacerles ver que están en un error, y que la vida es un don que no puede derrocharse sólo por unas ideas que les han imbuí­do.

    He pasado por urgencias de sangrantes, rogando que al final se desdijeran, con menores avisando al juez…pero he ido cambiando a lo largo del tiempo. Del contacto esporádico con el TJ al que sólo he visto en el antequirófano ó en las consultas de anestesiologí­a, he intentado escucharles, y he descubierto que la transfusión es sólo una parte de su creencia.

    El TJ vive en una «macrofamilia» que juzga de forma muy cruel a aquellos que se desdicen y sucumben firmando una autorización, y más aún, son condenados al ostracismo en caso de ser transfundidos. Unas creencias tan fanáticas, en un ambiente aislado y que se retroalimenta, les hace necesario apoyarse, y en muchas ocasiones vienen acompañados de otros que les asisten reforzando su postura y poco menos que coaccionándonos.

    En ése contexto, y teniendo en cuenta algo tan esencial al ser humano, que es la LIBERTAD, yo les informo, igual que hacéis todos, pero en definitiva respeto su derecho a escoger. Algunos compañeros opinan que aguantan hasta que su grado de anemia le lleva a la inconsciencia y que fácilmente el juez ó su propio deber moral le indica la transfusión.

    Es duro dejar que la persona ha escogido un camino de no retorno, pero pienso que tiene derecho a escoger «libremente» porque aún pensando que es un engaño ése fanatismo, creo que no tengo derecho a quebrantar su decisión. Nosotros somos médicos y trabajamos para sanar, pero no podemos salvar su cuerpo si lesionamos su dignidad como persona.

    Estoy totalmente en contra de sus creencias, pero pienso que cada uno es libre de escoger que se le aplique ése tratamiento, que éso es en sí­ la transfusión. Nadie dirí­a nada del adulto que rechaza una cirugí­a, aún a sabiendas que con ello le vá la vida, situación improbable, sólo que entonces no somos testigos de su desenlace.

    Esta es una postura más para el debate.
    amparo moret

  • El lunes operan a mi madre,(TJ),de la rodilla,el anestesista le ha pedido un certificado ante notario de voluntades anticipadas,pues le dijo que si no,no la operaba,pues él le pondrí­a sangre si lo necesitara,y yo también si tuviera que decidir…pero no es así­.Por si a alguien le sirve de ayuda,él confeso que no puede dejar morir a nadie por lo de la transfusión,pues le arruinarí­a la carrera si alguien lo denunciaba.

  • Muchas gracias a todos por vuestras geniales aportaciones, como complemento me gustarí­a recomendar la lectura del artí­culo de revisión de D. José Antonio Seoane (Facultad de Derecho de la Universidad de La Coruña) titulado :» El perí­metro de la objeción de conciencia médica» en la revista InDret 4/2009 (revista para el análisis del derecho). InDret.com
    Artí­culo escrito a propósito del rechazo de la transfusión de sangre por un paciente testigo de Jehová.
    Un saludo a todos

  • A propósito de este artí­culo no creo que ninguno de los médicos que hemos participado en este forum esté en desacuerdo con su principios. Todos estamos de acuerdo en la obligatoriedad moral de ofrecer al paciente un tratamiento que no vulnere sus creencias.
    Yo estoy totalmente de acuerdo en respetar la voluntad del paciente que esta ingresado en una planta, despierto y consciente y que no quiere ser transfundido. Pero ni el Sr Seoane ni ningún otro jurista que yo sepa se plantea nuestro caso especial . El paciente dormido que en último caso no puede cambiar de opinión y la posibilidad (en nuestro caso) de sangrados incontrolables que pongan fin de inmediato a la vida del paciente. Es en estos casos y sólo en éstos que yo defiendo la objeción de conciencia. Y desde luego al menos en mi caso para nada es por prestigio profesional ya que nadie me iba a echar en cara el hecho de que se me ha muerto un paciente por respetar sus creencias. Tampoco es por miedo a la justicia porque como se puede comprobar en este artí­culo , yo creo que en esto podemos estar tranquilos, la ley nos ampara si respetamos la voluntad del paciente (Firmado claro está previamente). Es simplemente porque va contra mis principios. Es su moral contra la mí­a.
    Estoy de acuerdo que el paciente es libre para elegir su tratamiento pero lo que yo creo que debemos defender es que la cirugí­a ( Naturalmente siempre hablo de aquella que tiene un probabilidad elevada de sangrado masivo) va unida a la posibilidad de transfusión. Si no acepta la transfusión no debe aceptar la cirugí­a. En este caso siempre habrá un tratamiento paliativo para aplicarle que tanto médico como paciente estén de acuerdo.
    Pido al Dr Maldonado si tiene acceso al Sr Seoane le comunique estas inquietudes a ver si nos puede concretar juridicamente e incluso í¨ticamente esta actitud en estos casos concretos.
    A. Camps , anestesióloga

  • Dra Camps, por desgracia no tengo acceso al Sr Seoane, simplemente encontré el artí­culo y me pareció interesante su inclusión en este apartado sobre Testigos de Jehová. Estoy totalmente de acuerdo en que no se hace un análisis completo puesto que se analiza la actuación del médico como profesional sometido a un regimén jurí­dico y no se tiene en cuenta que el médico también tiene una dimensión «personal» con sus propios ideales y convicciones. Un saludo

  • Es un debate muy, muy al dí­a, en el que aunque haya la mejor intención, lastimosamente se denotan prejuicios, falta de estar informado al dí­a, falta de valentí­a, falta de oportunismo, etc. La historia de ese grupo religioso merece mi reconocimiento por su valentí­a y sinceridad. Han sido insultados, han sido ridiculizados, han sido vilipendiados, etc. pero son LEALES a sus fe y amigos hoy en dí­a la lealtad no esta precisamente por las nubes, seguramente bastante mas baja. Pues gracias a su valentí­a estamos reconsiderando las transfusiones porque no solo salvan vidas… también matan y ocasionan muchisimos graves problemas. La valentia de esta gente ha permitido ver muchos fallos medicos sagrados y enclaustrados, pero que gracias a ellos se han podido reconocer (los famoso 10 grm. minimo para decidirse a transfundir, etc.). Algunos colegas (Olmedilla anestesiologo del Gregorio Marañón de Madrid) califica a la sangre como EXCELENTE… VENENO. ¿Y acaso no tiene mucha razón… cuando es verdad que descalibra hasta los aparatos de laboratorio al analizar cualquier bolsa?. El Dr. Armando Cortes, Director del Banco de Sangre de la Cruz Roja Colonbiana y Jefe de Laboratorio en el Hospital Universatario del Valle es una mas de las muchí­simas voces que se levantan para dejar claras las cosas y reconocer los peligros transfusionales. «SI HOY UNA TRANSFUSION DE SANGRE TUVIESE QUE PASAR TODOS LOS REGISTROS Y CONTROLES DE SANIDAD… NO SE LA ADMITIRIA NI COMO TERAPIA… NI COMO MEDICAMENTO». Otras voces doctoradas han asegurado que «LA TRANSFUSIÓN MAS SEGURA ES LA QUE NO SE REALIZA». El Dr. Antonio Marin, Director del Centro Nacional de la Transfusión Sanguinea de Mexico aseveró «PREFERIRIA QUE JAMAS ME PUSIERAN SANGRE». Se abre un camino nuevo para los valientes, para los que quieren hacerse un nombre, para los que quieren apoyar una terapia que se ha descubierto peligrosa en muchos aspectos… ¡¡¡jovenes Doctores… meteros en ella que teneis un futuro muy, muy prometedor!. Os felicito Maldonado y Olmadilla entre otros!!!. ¡¡¡Valientes!!!. Saludos Frandy

    • Estimado Frandy,
      Si de algo nos podemos enorgullecer la profesión médica es de poner en duda todo lo que hacemos. Todo tratamiento, desde un transfusión hasta la administración de un comprimido de paracetamol tiene efectos secundarios. Nuestra profesión se basa en tener los conocimientos suficientes para evaluar los beneficios frente a los riesgos.
      El reconocer los riesgos de un tratamiento no es óbice para proclamar que las trasfusiones de hemoderivados no son útiles y han salvado miles, que digo, millones de vidas hasta la fecha. Ésta convicción, el hecho de que en ocasiones los beneficios superan con creces los riesgos hasta el punto de que su omisión suponga la la muerte del paciente a nuestro cuidado es la que nos plantea el dilema ético-legal que se plantea en esta entrada. No aprovechemos para hacer apologí­a de ideas no cientí­ficas utilizando frases de otros facultativos fuera de contexto.
      Un saludo y gracias, de todas formas, por participar en el debate.

  • El objetivo de esta entrada no fué otro que intentar hacer una revisión sobre los PACIENTES Testigos de Jehová pero siempre desde el respeto a los Testigos de Jehová y a nuestros propios comentarios. Personalmente yo estoy aprendiendo mucho con los comentarios de mis compañeros en esta entrada. Sr. Frandy, si los Testigos de Jehová han sido insultados, ridiculizados, etc… desde luego no ha sido en esta publicación ni en ningún comentario posterior. En nuestra profesión es precisamente nuestra «LEALTAD» al paciente la que nos hace cada dí­a plantearnos numerosas cuestiones y pretender estar plenamente informados de las novedades médicas y jurí­dicas que conciernen al paciente. Tal y como comenta el Dr Arnal todo tratamiento tiene efectos secundarios pero todos los q trabajamos en esta profesión sabemos q en determinadas situaciones clí­nicas la sangre es la «íšNICA» terapia posible ( pongamos como ejemplos situaciones de Shock hipovolémico en pacientes con: una herida por asta de toro a nivel inguinal con sangrado activo incoercible durante el traslado al hospital, aneurisma de aorta roto, hemorragia puerperal masiva por atoní­a uterina y un largo etc etc…). No pretendemos ser cobardes ni valientes sólo pretendemos poder tomar la decisión más adecuada integrando conocimientos de legislación, guí­as de práctica clí­nica y ética. Un saludo

  • Esta entrada es del todo respetuosa para todo el que está relacionado con ella. Mi referencia conectaba con la historia de ese grupo (TJ) donde han vivido a nivel total e individual, muchos prejuicios y perjuicios por lo que he leido de manera documentada. Todo eso es indigno y nadie deberí­a desearlo para nadie. Ahora deberí­a arreglarse este campo de los hemoderivados y que la dignidad y las buenas conciencias se repartieran entre todos los que les afecta medicos y pacientes. En conexión con los pacientes un Juez determinó que… «Por encima del derecho a la vida está el derecho a la dignidad. Puede privar a alguien de la vida (por defender la patria por ejemplo), pero nadie puede inferir un daño a la dignidad de otro. Y dentro del derecho a la dignidad tiene primer rango el respeto a las í­ntimas convicciones religiosas que pueden llevar a la muerte.»
    Y la Declaración de Lisboa 1981 apoyó que… «El derecho a disponer de sí­ mismo, es objeto de aquiescencia universal» . El paciente tiene el derechoa rechazar el tratamiento propuesto. El Dr. Manuel José Cumplido, Presidente de la Asociación Mundial de Derecho Médico aseveró que… «En lo que hace al paciente, el paternalismo médico ha sido sustituido por el principio de autonomí­a, que lo liberó de las cadenas que durante 25 siglos no le permitió sentirse el verdadero dueño de su cuerpo y de su enfermedad. Esta realidad no ha sido todaví­a comprendida por muchos profesionales médicos, lo que los lleva a que vulneren permanentemente los derechos de sus pacientes.» Hay mucha información confirmando el derecho del paciente a decidir y deberí­a estar claro para todos. Lo que se ha de definir es el papel del medico que tiene su obligación y su conciencia y ese poder está en otro nivel. Saludos Frandy

  • Para Frandy….
    La dignidad y la fe, son cosas muy distintas….
    Un médico debe salvar vidas por encima de todo….dejando a un lado, tanto sus creencias como la de los demás….
    Soy de los que creen que la vida está por encima de todo, si existe una solución para un problema fí­sico…
    También creo en una muerte digna, cuando exista un problema sin solución….
    Pero mientras haya un atisbo de esperanza, creo que se debe luchar por la vida del paciente….sea católico, islamista, protestante, budista, mormón o testigo de jehová…

  • Para el compañero de reflexión Capitan Garfio: La actividad médica está relacionada con la dignidad de las personas a las que atendemos. Esa actividad en general no choca con la fe del paciente… pero sí­ puede hacerlo con su dignidad. Pero la dignidad y la fe aunque son campos diferenciados, muchas veces pueden estar fuertemente relacionados y deberí­an ser atendidos para tratar a la persona como un todo. En la historia se ha podido ver como se ha puesto a personas ante la disyuntiva de renegar de su fe… o morir y han preferido lo último. ¿Tonterí­a?. Esas personas han preferido morir, a tener una existencia indigna. Podemos salvar una vida medicamente… pero a la vez podemos destrozar una existencia. No para todos la vida está por encima de todo. No está tampoco para el soldado leal a su patria a la que jamas traicionaria. Lo que para uno es digno, quizás para otro no lo sea. Pero el respetar la dignidad de otra persona, es lo que nos hace individuos razonables, respetuosos y no inquisidores, ni endiosados a ultranza, cosa que seguro ninguno de nosotros lo somos, porque tenemos buenos motivos, queremos a nuestros pacientes y queremos mejorar a nivel individual en todo lo que sea humano. Saludos Frandy

    • Para Frandy:
      No sé si habrás leí­do que mi madre es testigo de jehova, respeto sus creencias mientras no me afecten a mí­, ella está dispuesta a morir por lo que cree, y lo respeto, de hecho tiene sus voluntades previas, con las que no estoy de acuerdo….pero que respeto.
      El respeto para una persona es mucho más que dejarla morir, cuando hay solución para cada caso, ¿y estamos hablando de un adulto?, ¿quién decide por los niños?, ¿los padres?
      Los testigos de jehova se pagan un seguro para esas operaciones, pues que los operen en clinicas privadas, preparadas para eso y que no obliguen a personas que están en desacuerdo con sus creencias, a decirdir por su vida….eso para mí­ serí­a respeto y no lo que me cuenta usted.
      Atentamente….capitán garfio

  • Para Frandy:

    No sé si habrás leí­do que mi madre es testigo de jehova, respeto sus creencias mientras no me afecten a mí­, ella está dispuesta a morir por lo que cree, y lo respeto, de hecho tiene sus voluntades previas, con las que no estoy de acuerdo….pero que respeto.
    El respeto para una persona es mucho más que dejarla morir, cuando hay solución para cada caso, ¿y estamos hablando de un adulto?, ¿quién decide por los niños?, ¿los padres?
    Los testigos de jehova se pagan un seguro para esas operaciones, pues que los operen en clinicas privadas, preparadas para eso y que no obliguen a personas que están en desacuerdo con sus creencias, a decirdir por su vida….eso para mí­ serí­a respeto y no lo que me cuenta usted.
    Atentamente….capitán garfio

  • Bueno C.G. la entrada no es para discusiones sino para ver que hacer en el asunto que se está tratando, así­ que esta es la última para contigo. Con relación a los mayores de 12 años pueden decidir si son capaces (Revista Garnacha 12/2008). Los mas pequeños… el hecho de que haya médicos que los atiendan aún en las mas dificiles situaciones ¿no quiere decir que la ciencia sí­ puede atender esos casos sin transfusiones?. ¿Como quedarí­a una conciencia medica en el caso de no aplicar todo lo descubierto por la ciencia y por despreocupación, comodidad, falta de conocimiento puntutal actual, etc. se decide por la transfusión y esta mata o deja graves secuelas a un menor?. Cada uno que cargue con su responsabilidad sin engañar a su conciencia. En cuanto a que se paguen su seguro… si ha estado pagando cristianamente la S.S. su empresa y él ¿que se paguen su seguro particular?… ¿eso es justo?. «No comment» Saludos Frandy

  • Bueno Frandy, en eso estamos de acuerdo, no es cuestión de discutir……
    No soy médico, pero si lo fuera, una persona sea de la condición que sea y de la religión que le plazca, no me puede pedir a mí­, pues también tengo mis creencias y mi dignidad como persona, que la deje morir, cuando mi deber como médico y persona me dice que estamos para salvar vidas mientras se pueda…..
    Mi madre se está pagando un seguro desde que está en el reino de los testigos de jehova, segun ella hay médicos testigos y demás organismos, que me parece muy bien, pero a ella la han operado de la rodilla en la seguridad social, solo pidiendole ante notario las voluntades anticipadas, pero entiendo a los médicos que no se arriesgan a peder un paciente….y les doy mi apoyo……..es lo que pienso y siento…
    gracias por el debate….capitán garfio

  • A mi se me plantea otro debate, que a mi entender supone un vací­o legal.
    Una persona mayor de 16 años puede negarse a un tratamiento y puede dejar constancia por escrito en el documento de voluntades previas. Bien… en el caso de una embarazada a término, como el feto aún no ha nacido puede negarse a una transfusión de sangre (por ejemplo en una cesárea emergente, imaginamos que incluso ha firmado la negativa a la transfusión previamente en el documento de voluntades previas), poniendo en peligro la vida del futuro hijo que aún no ha nacido. Como legalmente (con la ley actual) no es vida, el médico no puede violar la voluntad de esa madre, ya que no se cumple el artí­culo 16 de la Constitución («El estado podrá intervenir cuando haya riesgo para la salud pública ó para la VIDA de TERCEROS»).
    Sin embargo la nueva ley del aborto prohí­be la interrupción del embarazo a cualquier edad gestacional salvo malformaciones incompatibles para la vida. El motivo es preservar la VIDA del feto.
    La Constitución es incompatible con la nueva ley del aborto actualmente, porque habla de individuos y el feto no lo es.
    A mi, lejos de expresar mis convicciones polí­ticas ó ideológicas, como profesional sanitario me gustarí­a saber qué hacer en estos casos.

  • Informarse un poquito por favor, leer lo que se publico el mes pasado.
    Conferencia histórica sobre la medicina sin sangre en la Universidad de Padua.

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