La resiliencia es una de las capacidades mejores y las palabras más feas que recoge la psicología. Es la facultad que tenemos todos los seres humanos, en mayor o menor medida, para seguir adelante cuando las cosas se ponen feas. Cuanto más resiliente se es, más se toleran los reveses; de hecho, entender las crisis como una oportunidad para crecer y para avanzar desde otra perspectiva es una de las características de ser resiliente.
Los sanitarios no tenemos que serlo. La Medicina no son Matemáticas. Y no solo es que nuestros resultados no siempre sean predecibles, y que nuestro trabajo sea en muchas ocasiones una sucesión de momentos difíciles, sino que —además— trabajar en equipo nos obliga a ser flexibles. Debemos ser capaces de afrontar los desafíos diarios y levantarnos si estos nos tumban.
Pero la resiliencia no es algo innato. Se entrena. Como cualquiera de las habilidades que usamos en nuestro día a día.
¿Cómo se entrena la resiliencia?
Entrenar la resiliencia en el personal sanitario es fundamental para ayudarles a afrontar situaciones estresantes y desafiantes en nuestro trabajo. Pero ¿cómo conseguirlo? Hay una serie de pasos que son importantes para ello:
- Gestión efectiva del estrés: las técnicas de manejo del estrés deberían ser parte de nuestra formación, para ayudarnos a reducir la tensión y también a afrontar mejor las situaciones conflictivas. Hay miles de técnicas en este sentido desde la práctica de deporte diario hasta el mindfulness, que pueden ajustarse a tu forma de ser.
- Apoyo social: el tener un equipo que funcione como tal es crucial para que todos los miembros puedan hablar abiertamente de sus preocupaciones, lo que ayuda no solo a rebajar tensiones sino que permite afrontar los problemas de forma temprana, evitando tensiones innecesarias.
- Autocuidado: los profesionales sanitarios somos muchas veces los peores enfermos. Promover hábitos saludables (de alimentación, de ejercicio regular, de descanso suficiente y de ocio) es fundamental.
- Programas de capacitación: identificar y desarrollar estrategias de gestión de problemas, manejo del estrés y habilidades de afrontamiento efectivas puede aumentar no solo tu capacidad para enfrentar desafíos sino que, al resolver más fácilmente los problemas, nos da un cambio de perspectiva y una disminución del estrés.
- Establecimiento de objetivos realistas: las metas inalcanzables hacen que el personal se abrume, en tanto que el logro de pequeños objetivos proporciona motivación.
Vale, puede que esto en los hospitales españoles sea un poco de ciencia-ficción, pero la resiliencia consiste en no darse por vencidos, ¿no?
En nuestra newsletter preguntamos a los suscriptores cuánto de resilientes eran usando el test de 14 ítems de Wladnig, imitando este estudio de la Revista Iberoamericana de diagnóstico y evaluación psicológica. Y estos fueron los resultados de los que quisieron participar:
¿Son los lectores de AnestesiaR resilientes?
Aunque es verdad que los que han contestado el test es una muestra muy pequeña de nuestros lectores, la mayoría parece que sí. Preocupa ese 1% que no le ve sentido a su vida o que piensa que, en una emergencia, no es alguien en quien confiar. Evidentemente, necesita entrenar su resiliencia.
