Fenotipos anestésicos: el Doctor Azteca

Hay especies, como el tigre de Bengala, que tienden a extinguirse. Especies con una belleza salvaje, como la del macho intubador. En cambio, otras, como las cucarachas, sobreviven a todos los avatares de la naturaleza. Dicen incluso que, en caso de una Guerra Nuclear, serí­an de las pocas que quedarí­an correteando por el suelo como si nada hubiera pasado.

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Hay especies, como el tigre de Bengala, que tienden a extinguirse. Especies con una belleza salvaje, como la del macho intubador. En cambio, otras, como las cucarachas, sobreviven a todos los avatares de la naturaleza. Dicen incluso que, en caso de una Guerra Nuclear, serí­an de las pocas que quedarí­an correteando por el suelo como si nada hubiera pasado. Dentro de la fauna quirofanil, hay una especie que es como las cucarachas. Hablo del doctor Azteca. El doctor Azteca (abreviatura de“ Hazte cargo tú, guapa“) es aquel elemento que entra a quirófano solo en la inducción y en el despertar. En el intervalo entre ambos, está missing. Es aquel elemento al que le da igual ocho que ochenta y que, sin embargo, como buena cucaracha, sobrevive sin problemas de ningún tipo. Incluidos los de conciencia. Quirófano de Cirugí­a General. Ante el parte, un R1 contempla la programación: en el quirófano A hay una hepatectomí­a. En el B, un parte de hemorroides. Chasca la lengua con fastidio porque el tutor, como es un R1, lo ha programado para el quirófano B cuando la cirugí­a del A es mucho más interesante.

““A ver, Fulanito ““la voz del Dr. Azteca suena a sus espaldas““ Espero que estés en el hí­gado.

““No, no ““tartamudea el R1““. Estoy en la hemorroidectomí­a.

““¡Es increí­ble! ““se queja el Dr. Azteca, amargamente““ Así­ salí­s luego de preparados. Habiendo una cirugí­a complicada como una hepatectomí­a os ponen en un quirófano de dos espinales. Y yo me tengo que comer la hepatectomí­a sin residente. Es que es inadmisible…

““Pero…““el R1 intenta meter una palabra aunque sea de canto, pero el otro se lo impide con un gesto furioso de la mano.

““Pero, nada. ¡Con lo fino que es el manejo anestésico de la hepatectomí­a! Lo que deberí­as hacer es cambiarte de quirófano y ponerte en el A conmigo.

““Pero, Dr. Azteca ““consigue decir al final el R1, acongojado““, es que usted no está en el hí­gado. Está conmigo en el parte de hemorroidectomí­as.

Por la cara del Dr. Azteca pasa un desfile de emociones: sorpresa, primero. Luego, duda y, por último, determinación.

““Ah, vale ““ carraspea““, pues vamos allá, que vas a ver qué interesante es la cirugí­a de hemorroides.

Y entra en el quirófano, más ancho que pancho.

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3 Comments

  • No entendi ni el.mensaje ni el chiste, el R1 deberia pedir la mas complicada, bueno eso hacia yo siempre, y mi Maestro ya de edad me acompañaba. Dr Logroño que tanto me enseño y estoy agradecido

    • Je. Lo q no pillo yo es ese único comentario. Es en plan cínico?
      El mal Dr Romero existe, está ahí fuera y al final termina por invadirte… los inventores del abre fácil por ejemplo.

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