Lindholm ML, Traff S, Granath F, Greenwald SD et al.
Anesth Analg 2009; 108(2):508-512
Los Dres. Valérie Billard y Dan Longrois de la Société Franí§aise d’Anesthésie et de Réanimation escriben en el apartado del Artículo del Mes un excelente comentario sobre estudios publicados que relacionan mortalidad y valores de BIS bajos en pacientes intervenidos con enfermedades malignas coexistentes. Hacen una reflexión muy importante sobre cómo se manejan los análisis estadísticos a la hora de emitir conclusiones que pueden estar lejos de la realidad. Traducimos parte de esta editorial
El control de la profundidad anestésica basado en el análisis automático del electroencefalograma (EEG) a nivel cortical, se utiliza de manera rutinaria en nuestros quirófanos desde mediados de los 90. Su utilidad clínica ha sido objeto de estudio pero también de intenso debate . Por un lado , la posibilidad de memoria explícita con dosis bajas de anestésicos y por otro lado, los efectos de una sobredosis de dichos agentes a corto o a largo plazo.
En el 2005 Monk et al. publicaron un estudio retrospectivo que encontraba una relación estadísticamente significativa entre valores < 45 del índice bispectral (BIS) (Aspect Medical System Inc., Norwood, MA, USA) y un aumento de la mortalidad del 24% un año más tarde [Odds Ratio 1,24 ; intervalo de confianza (IC) al 95% : 1,06-1,44 ; p < 0,05].
Otros hallazgos del estudio ponían de manifiesto lo siguiente:
1)El estado preoperatorio de los pacientes resultó ser un factor que se correlacionaba con la mortalidad de manera mucho más elevada (multiplicaba por 16 la mortalidad a un año : IC95% : 10 – 33).
2)La causa de muerte era un cáncer para más de la mitad de los pacientes.
3)La hipotensión. Cada minuto que pasaba con cifras tensionales sistólicas <80 mmHg se incrementaba ligera pero significativamente el riesgo de mortalidad a un año.
Este artículo ha dado lugar a intensos debates entre la comunidad médica. Algunos anestesiólogos observaron una relación causal entre la «sobredosis» de anestésicos y la muerte basado en los efectos inmunosupresores de estos fármacos. Otros han señalado, con acierto, que el estudio fue retrospectivo y que una asociación estadística no era en absoluto causal.
Siguiendo con el debate, Lindholm et al. analizaron retrospectivamente a 4087 pacientes a los que se les aplicó monitores de profundidad anestésica. La mortalidad se establecía en un 4,3% a un año y de 6,5% a los dos años, lo que representaba 226 pacientes. Entre ellos, 190 (71%) murieron a consecuencia de un cáncer. En un primer análisis estadístico, los autores examinaron al igual que Monk , la relación entre mortalidad a 1 y 2 años (variable dependiente) y diferentes características de los pacientes. Encontraron de la misma manera, una relación estadísticamente significativa entre el número de horas con valores de BIS <45 y la mortalidad al año y a los dos años .
Se identificaron otros predictores como el ASA, el sexo femenino, la cirugía intrabdominal, la edad, el IMC demasiado alto o bajo.
En un segundo tiempo Lindholm repetió el análisis centrándose en la patología más operada como covariable (M0: no hay cáncer, M1: cáncer de buen pronóstico, M2: cáncer de mal pronóstico). La presencia de un cáncer de mal pronóstico se mostró como un factor independiente de sobremortalidad a los 2 años . Estos pacientes (366) representaban un 9% de la población estudiada, pero un 55% de las muertes. Curiosamente, después de la introducción de la patología en el análisis multivariado, la correlación entre la duración de valores de BIS bajo y la mortalidad ya no era estadísticamente significativa.
Los autores del estudio concluyeron que el período de tiempo en el que los valores de BIS eran bajos tenía una cierta correlación estadística con la mortalidad, pero que era pequeña en comparación con la gravedad de la patología.Por lo tanto, no podía afirmarse una relación de causalidad entre valores de BIS bajos y mortalidad sin haber realizado previamente un estudio randomizado.
Como conclusión final destacan que la confrontación de estos dos estudios ilustra la extrema prudencia con la que debemos interpretar los estudios retrospectivos y la importancia de clasificar la influencia de las variables dependientes antes de afirmar correlaciones estadísticas que pueden distar de la realidad clínica.
Dra Ana Abad (Adjunto de Anestesia del Hospital de Viladecans)